Pagar una multa tributaria puede ser una contingencia que, tratándose de una pequeña y mediana empresa, puede comprometer la gestión ordinaria o incluso su subsistencia.

En un primer lugar corresponde señalar que las multas tributarias son sanciones -de naturaleza penal- que impone la Administración Federal de Ingresos Públicos (en adelante, la AFIP) por haber incumplido con obligaciones tributarias. Sin embargo, existen distintos maneras de ejercer una buena defensa para no pagar una multa tributaria.

Cuando la AFIP notifica la instrucción sumarial, en la que pone a consideración la multa tributaria que corresponde por la conducta infractora del contribuyente, es conveniente examinar a fondo los antecedentes que motivaron la sanción por parte del Fisco.

De esta manera, se puede impugnar el criterio de graduación de la multa tributaria, invocando -entre otros argumentos- la condición de contribuyente “cumplidor”, con el fin de reducir el monto de la sanción.

También se debe evaluar si el caso se encuadra en un procedimiento determinativo de oficio o si la multa se debe a un simple retraso en la presentación de la declaración jurada. Es frecuente que el fisco aplique la multa por defraudación en el primer supuesto (multa más severa), mientras que suele corresponder lo dispuesto por el artículo 45 cuando se trata de una presentación tardía de la declaración jurada con la posibilidad de alegar la figura de “error excusable”-

Sin embargo, no hay que olvidar que, si el tributo omitido supera los $1.500.000, existe un alto riesgo de que la AFIP presente una denuncia penal por el delito de evasión simple, al haberse superado la condición objetiva de punibilidad que establece el Régimen Penal Tributario -sin perjuicio de que se requiere que la conducta del contribuyente sea dolosa (con intención de defraudar).

Finalmente, es importante analizar cuándo se presentó efectivamente la declaración jurada, ya que la AFIP  tiene una normativa interna – que, aunque es obligatoria para los agentes, a veces no la aplican -. Esta normativa hace que, según diversos factores (etapa del procedimiento tributario, conducta del contribuyente, allanamiento a la pretensión fiscal, etc.), se pueda disminuir el monto de la multa tributaria incluso más allá de su mínimo legal.

Por lo tanto, es recomendable que, ante la inminencia de una sanción fiscal, se busque asesoramiento profesional especializado para no pagar una multa tributaria que no corresponda o disminuir su monto.

Mario E. Castro Sammartino                                                                 Rodrigo Gastón Oliva

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